¡Qué tiempos los que estamos viviendo! Pandemia, cuarentena, negocios cerrados, planes trastornados...ciertamente nadie planeaba un 2020 como el que estamos viviendo. Y hablando de planes trastornados, Campaign for Christ International tenía programadas campañas evangelísticas y clínicas médicas gratuitas en diversos países este año, pero ante las medidas tomadas en estos países debido a la Pandemia, tuvieron que ser canceladas. Sin embargo, confiamos en que Dios tiene el control y el timón de este ministerio, y que Su plan y propósito por el cual estamos en este tiempo serán cumplidos.
Fue en Diciembre del 2019 que se identificó el SARS-Cov-2 por primera vez en China, en un brote de esta nueva enfermedad llamada COVID-19. Declarado una Emergencia de Salud Púbica a finales de Enero por la Organización Mundial de la Salud, finalmente pasa a estatus de Pandemia a mediados de Marzo, fecha en la cual nos encontrábamos en Guatemala, Centro América, realizando una de 6 campañas evangelísticas y jornadas médicas.
Después de dos días de actividades en las cuales el Señor en Su misericordia nos visitó y nos permitió ayudar a mucha gente con la Clínica Médica y Dental Gratuita, nos vimos forzados a suspender actividades, acatando a las disposiciones del gobierno local al declarar “Estado de Emergencia” y cerrar fronteras. Gracias al Señor, todo el equipo y voluntarios lograron regresar a sus hogares después de un corto tiempo de espera en Guatemala, y solo el Dr. Fidel Reyes quedó en Guatemala con el equipo médico y los medicamentos.
¿Qué hacemos ahora? No nos es permitido realizar campañas, mucho menos jornadas médicas gratuitas que puede llegar a juntar hasta 200 personas a la vez debajo de la carpa. ¿Qué haremos con todo el medicamento que dispusimos para los necesitados en este país? Han pasado ya 4 meses desde el cierre de fronteras, y el Señor ha abierto puertas para alcanzar a personas necesitadas. Todo comenzó con un grupo local de voluntarios, quienes hicieron planes para visitar una pequeña aldea cerca de Ciudad de Guatemala para suministrarles alimentos, ya que se encontraban en gran necesidad al no poder trabajar por la cuarentena. Al tener conocimiento de dicha actividad, y nosotros teniendo la disponibilidad de medicamentos de uso común, CCI ofreció donar los medicamentos que esa comunidad necesitara, además de visitar la localidad y dar consejería médica a los lugareños. Tuvimos la bendición de compartir con gente necesitada y ser testigos de su amabilidad y gratitud.
Más adelante se abrieron más puertas en Ciudad de Guatemala, ayudando a un orfanato con medicamento pediátrico de uso común, ofreciendo consejería médica, y proveyendo suero rehidratante a una estación de bomberos local. Trabajando en conjunto con la organización Mi Alto Refugio, CCI pudo alcanzar a muchos necesitados que residen en una zona de alto riesgo, proporcionándoles consulta telemédica y medicamento gratuito. Asimismo hemos podido extendernos a regiones fuera de la capital, como la Aldea El Naranjo en Guastatoya y también Zacapa, regiones del oriente de Guatemala. Dios nos ha bendecido con proveer a mensajeros fieles dispuestos a llevar los medicamentos a las zonas servidas, siempre guardando las normas dispuestas por el gobierno durante este período de Estado de Emergencia.
Estas personas que el Señor ha puesto se han dedicado a detectar comunidades pobres que estén necesitando ayuda. Luego recaudan alimentos de primera necesidad y leña para poderla repartir de una manera ordenada en estas comunidades. Al acompañarlos en una de sus actividades, vimos cómo comparten la vida del Señor con esta gente en necesidad.
La manera en que la Clinica ha funcionado es la siguiente: a través de este grupo de voluntarios hemos logrado conectar con organizaciones locales y también localizar a comunidades en necesidad de atención médica básica. Previa asesoría médica vía telemedicina, preparamos los medicamentos con instrucciones claras y sencillas, añadiendo un tratado evangelístico en cada bolsa de medicamentos, y una pequeña sorpresa si se trata de un niño. Y si el caso lo amerita, se le indica a la persona la necesidad de acudir a un especialista o al hospital. Nuestro anhelo es que al suplir la necesidad física de los enfermos y necesitados, estas personas puedan ver el amor de Dios, quien nos ha ordenado acordarnos de los pobres y los necesitados. Que estas personas servidas tengan la oportunidad de conocer al Médico de médicos, y que Dios toque a los corazones hambrientos y sane las almas enfermas.
A la fecha, la clínica ha ayudado a más de 140 personas en necesidad, y contando. Estamos muy agradecidos por lo que el Señor nos ha permitido realizar a la fecha, confiando en que Él tiene el control de todo, y tiene un propósito por el cual dejó la clínica en este lugar durante este tiempo, proveyendo un lugar físico para montar la farmacia, servicio telefónico para la asesoría telemédica y voluntarios fieles que están dispuestos a derramarse por otros, poniendo tiempo y energía para contactar las comunidades y llevar los medicamentos, además de los insumos que ellos consiguen para donar.
Algo muy característico del Señor Jesús que podemos ver en los evangelios es la ministración a los enfermos, necesitados y pobres; legado que Sus discípulos continuaron. Y queda evidente cuando el Apóstol Pablo escribe a los Gálatas acerca de su reunión con algunos de los discípulos de Jesús en Gálatas 2:9-10, que dice: “y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.”
Durante este tiempo de prueba para todos, les invitamos a que, en la medida que sea posible y respetando las disposiciones de la autoridad local, puedan extenderse a los pobres, necesitados y enfermos. Les animamos a orar por los que están enfermos, por aquellos que en estos momentos están luchando por sus vidas, por aquellos que están con temor, y por aquellos que no tienen los recursos para ser atendidos. Que el Señor haga Su voluntad perfecta y cumpla Su propósito eterno en cada alma en medio de este tiempo.
Decidimos redactar este corto artículo para compartir las actividades de la clínica con nuestros lectores y rogar también sus oraciones para que Dios continue abriendo puertas y que la clínica, a pesar de todas las limitaciones existentes, pueda llegar aún a más personas necesitadas; para que el Señor guarde la salud tanto de los voluntarios que acceden a las comunidades como del médico también, y que el nombre de nuestro Señor sea glorificado en todo cuanto se haga. ¡Amén!
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